Tuesday, September 20, 2005

Aclaraciones

Por si acaso:

1. Mi teclado esta en ingles
2. El Word no corrige todas las palabras
3. Me da paja corregir cada palabra cuando no lo hace word.
4. Disculpen las faltas ortograficas.

Xie xie!

Monday, September 19, 2005

Gran Muralla Gran, asado, tinto y empanás

Las clases están ahí, la segunda semana mas difícil y ya voy para la tercera con la sensación de captar la mitad de lo que cachan mis compañeros japoneses y mongoles. Pero esa es la parte fome del cuento.

El sábado fui a la Gran Muralla, a la zona de Badaling, la mas turística y la “mejor conservada”, según los carteles, aunque por encima paseemos miles de personas al día y aunque en cada ladrillo estén las marcas de fulanito y menganita que se aman y zutanito que estuvo aquí en el 84, etc., etc., claro que en caracteres chinos, así para el turista común pasa piola. La U nos llevo en buses y nos pago la entrada, nos dejo libres y nos dio unas cuatro horas para recorrer antes de volver.

En la entrada principal había una especie de feria francesa con stands de productos típicos de Francia, como parte de las actividades del “Año de Francia en China”. Tenían el lugar acordonado y no dejaban pasar a casi nadie, lo que me parecía relativamente absurdo, puesto que me imagino que la idea era interesar al consumidor chino. Yo justo iba con mis compañeras francesas, Wendy y Mei Fen, quienes me llevaron y franqueamos la entrada como si fuéramos VIP, justo antes de que llegaran un montón de franchutes en trajes elegantes y autoridades chinas de quien sabe que órgano gubernamental o partidario, con las cámaras de TV detrás. Empezó una especie de show tipo carnaval mas o menos desabrido, mientras nosotros nos dimos un par de vueltas por los stands, en su mayoría de comida, degustando diversos quesos, pates, sopa de champiñones, vinos, champagne, crepes, y la infaltable baguette, todo traído de la France, no podía ser mas freak, comiendo exquisiteces francesas en medio de una montana en China. Por mi genial, no había desayunado. Los tipos y tipas detrás de cada lugar me miraban como con esa clásica cara de “yo te cacho, no eres francés y a lo único que vienes es a comerte mis productos”, pero como mis amigas platicaban y me acompañaban me llene la guata sin empacho. Luego del champagne y los vinos estaba listo para marearme escalando.

Arriba y a nuestro alrededor la masa de turistas derribaba la Muralla, vistas de lejos las personas parecían hormigas de colores desfilando por un camino interminable, horadando poco a poco la estructura, asomándose por huecos, subiendo y bajando, formando pequeños tacos, un verdadero hormiguero a escala humana. Los franchus habían decorado el recorrido con banderas que se agitaban fuertemente, había un viento helado de la puta madre y yo en shorts y polera, al principio cagado de frío, a punto de comprarme uno de esos polerones que dicen “yo escale la gran muralla”, terrible de feos pero que de alguna forma digamos explicable eran comprados por la hormiga de al lado. Igual el sol pegaba fuerte y ya después agarre color en los cachetes y el cuello, junto a un poco de ligereza mental producto del alcohol de media mañana.

Subí y baje y subí y baje para el otro lado, dejando atrás a los débiles pero no logre llegar a ninguna parte vacía. Si seguía recorriendo después no alcanzaba el bus. Como primera vez estuvo genial, ya la próxima tendrá que ser una expedición tipo camping hacia mas adentro, en alguna parte donde no haya tanto turista.

El dieciocho lo celebre en la Embajada al día siguiente, con un asado durante la tarde. Me trague dos empanadas para empezar y asumí el dolor de guata que vendría en la noche. Me perdí el pisco sour por llegar un poco tarde pero alguien me dijo que no estaba decente. El vino estuvo de lujo, la carne bien buena, las ensaladas de lo mejor, de postre pie de limón y torta de milhoja, helado y frutas, casi me hacen creer que estábamos en Santiago. La señora del Embajador muy “dije”, por supuesto (primera vez que escribo esa palabra en mi vida, se escribe asi?), el Embajador esta en Chile, creo, y los demás todos amenos “a la chilena” con nosotros los estudiantes. No había mucha gente (el jueves me colé en la Embajada de México para celebrar “El Grito” con mis cuates y estaba lleno, no faltaron los mariachis, las rancheras y la comida, aunque sin chile). Al final nos dieron un recorrido por las instalaciones y tenemos que volver uno de estos días a firmar los papeles de siempre, para que sepan donde estamos y que hacemos. La foto de la chilenita amurrada es cortesia de Cristobal Barrios (gracias).

All in all, un buen fin de semana. Felices fiestas a todos por allá!!! Pórtense mal y pásenlo bien!!!.








Sunday, September 11, 2005

Estrellas de mar, serpientes, alacranes e historia milenaria



Ayer fui a Tian’anmen y la Ciudad Prohibida. Destinos obligados para cualquier persona en Beijing. Es impactante el tamaño del palacio imperial, es inmenso, los patios, las escaleras, pabellones, tronos, etc. Imposible recorrerlo en una tarde. Lo mismo me paso con el Palacio de Verano antes, son lugares para estar todo el día como mínimo. Esta vez lleve las baterías cargadas para sacar las fotos de rigor (“yo estuve ahí”), y las no tanto también.

Al entrar inmediatamente se me vino a la mente las escenas de la película “Héroe” filmadas ahí. Muchos de los edificios dentro de la Ciudad Prohibida están en proceso de restauración, con andamios alrededor o velos colgando, se nota una sensación de urgencia en Beijing y debe ser por cumplir con los Juegos Olímpicos y toda la preparación que eso conlleva. Igual el turismo esta en pleno auge hace años, mucha mucha gente viene a la ciudad de visita. Ya empiezo a sentirme un beijines, ayer me pidieron indicaciones para tomar el metro y llegar a un lugar y las di como si fuera fácil. La verdad lo es, lo que pasa es que no saber leer los carteles produce un vacío de ubicación muy poderoso. Para los automovilistas ya esta todo indicado en chino e inglés, pero para los peatones no es igual. El metro y los buses funcionan bastante bien, en todo caso, es un servicio aceptable si bien están siempre empacados de gente.

Tian’anmen no es interesante. Un gran cuadro de concreto. Pero conseguí una toma de esas de documental o ensayo, con el niñito (“el futuro”) y el cuadro de Mao (“el pasado”). La bandera en el asta, ínfima comparada con la bandera mexicana en el Zócalo, esa si que es una “banderota”, como dicen los pinches compañeros de ese país. La plaza se mira, se camina y seria todo. La tumba de Mao tiene unos horarios que nadie entiende, estaba cerrado. En todo caso nunca anduve buscando verlo, simplemente allí esta.

Después de matar los pies recorriendo el Palacio de sur a norte y tomando fotos a todo lo que no se moviera y quedar raja, salimos por el otro lado y demoramos como media hora en conseguir un taxi, después cachamos que no se podían detener a tomar pasajeros en ese lugar, uno de los típicos problemas del extranjero que no cacha nada. Finalmente llegamos al mercado nocturno de Donghuamen, abierto desde la tarde, es una calle donde se colocan los tipos a vender snacks como los que ves en Indiana Jones y el templo de la perdición, bueno nunca tanto, los bichos se comen muertos y (tengo la esperanza) bien cocidos. En realidad hay de todo, puedes comer frutas, hay kiwis, melones, plátano, etc., habían jugos y algo que parecía mote con huesillos pero no era (el chino no me entendió); verduras de toda clase; kebabs con chancho o carne (mmm… habrá sido de vacuno?); después están las “rarezas” comunes: probé mi primera serpiente y la verdad no son muy buenas, pero había que probarlas, es como comerse una salchicha blanca con una cubierta “plástica” mas difícil de morder que una salchicha común, por lo tanto era como comerse una tira de goma o hule, con una salsita suavemente picante que servia para esconder el sabor a nada. Por dentro es como chicle. En fin. Luego me comí al amigo de Bob Esponja y como que me dio pena, jaja, para mi las estrellas de mar son “bonitas”, como para la pecera, no tenia idea que se comían, pero era mucho mas rica que la culebrita de goma. Después fui a pedir unos alacranes pero encontré que me querían estafar con el precio porque es como no comer nada, unas cagadas chicas con pinzas y cola. Así que no los comí, por ahora. Al lado estaban los saltamontes, los ciempiés, los pulpos y camarones, tofu, callampas y otras cosas raras que no supe reconocer. Para otro día serán.

Al volver paseamos por la zona tipo “ciudad occidental”, una calle peatonal llena de tiendas europeas y gringas y luminaria al estilo de Times Square en NY, aunque menos espectacular. En la noche nos fuimos de juerga y ahora estoy pagando las consecuencias, pero nada, se pasa muy bien y no queda más que hacer las tareas, estudiar, estudiar, comer y dormir.




La U (BLCU)

Esta es como la clásica foto institucional, el “frontis” del edificio principal. Ahí dentro tengo clases, en el tercer piso.

Friday, September 09, 2005

Wednesday, September 07, 2005

A comer, a comer!!!!

La llegada: ahora si, me fui a la China pero en serio.

Finalmente he detenido mis saltos en Beijing, donde he iniciado ya mis clases de mandarin. Volver a la vida universitaria ha sido un regalo, no recordaba lo bien que la pasábamos en la U. Acá hay onda para rato. Claro, llevo una semana de aclimatación y sin un segundo para relatar con calma, la verdad uno siente que estar frente al computador es desperdiciar el tiempo así que no había escrito antes.

La llegada fue un caos, como me lo esperaba; el aeropuerto, como cualquier otro, sin embargo el ingles escasea incluso ahí dentro; en las calles no existe. Nadie habla ingles y punto. Creo que en Chile estamos mejor, con eso digo todo. Tuve que tomar un taxi sin saber expresarme pero con ayuda de una china en el avión le mostré la dirección en chino al chofer y llegue a la Universidad en la mañana del lunes 29 de agosto sin saber por donde empezar. Me recibió un día nublado completo, pero caluroso, transpire sin parar y la ropa se te pegotea, fue una mala bienvenida.

Sin embargo, dos días después las cosas ya se veían prometedoras. Acá esta lleno de personas de todo el mundo, desde Afganistán hasta Chile, un mini cosmos dentro de Beijing que sin embargo esta completamente permeado por la ciudad. Los chinos entran y salen de la zona universitaria como si fueran calles comunes y corrientes, los niños juegan en las canchas, los viejos practican tai chi chuan en los jardines, las secretarias, garzones y personal de servicio en general no hablan nada de ingles, hay dos o tres bares dentro del campus, lavandería, banco, piscina, gimnasio, canchas de fútbol y pista de atletismo, dormitorios y dormitorios, biblioteca, no mucho Internet (y no gratis excepto en la biblioteca siempre llena), restoranes de toda clase, japo, musulmán, chino de tal lado, chino de tal otro, casino, cafetería, tiendas. Las bicis la llevan acá dentro, hay millones de estacionamientos para bicis. La comida es baratísima en todas partes, pero en algunas si pagas un poco mas comes como los dioses, es de lo mejor, ya he probado algunos platos extraños, no se parece en casi nada a la comida china de Santiago.

Creía que estaríamos como “encerrados”, pero la verdad es que tenemos libertad de acción y ya he me movido por la ciudad en bus y en bicicleta. Hasta me fui una tarde con los nuevos amigos al Palacio de Verano que queda cerca (quede pa dentro, es demasiado impacto visual en tan poco tiempo, voy a ir de nuevo unas cinco veces mas por lo menos) En todo caso me siento un discapacitado mental, no puedo expresarme con los chinos, solo puedo saludar, dar las gracias y despedirme, todo lo demás son senas y garabatos. Pero es divertido también pasar por todo esto, es una experiencia nueva y llena de sensaciones.

En los bares y discos aparecen los extranjeros de varias otras universidades y en Tiananmen y los palacios y templos y zonas turísticas típicas tienes a todos los occidentales dando vueltas, lo que da la apariencia de una ciudad cosmopolita, pero en la calle los chinos simplemente saturan las veredas y las pistas, disipando cualquier duda al respecto. Beijing esta repleto de edificios, no hay casas, al menos no he visto ninguna. Y es gigantesca, no se termina nunca. Creo que es la ciudad mas vasta que he visto.

Ya llevo tres clases y estoy mas o menos, si bien parece clase de primero básico en el colegio porque repetíamos las letras, silabas y la pronunciación de los 4 tonos como los perfectos analfabetos que somos. Por lo menos no estoy solo. Pero es difícil.

La habitación que me dieron esta relativamente bien, digo, la paga la beca, es compartida pero al menos el vecino es chileno y muy buena onda. La cama es mas bien una especie de ataúd grande, un cajón de madera con una colchoneta delgada, como todavía hace calor he usado los plumones que me dieron como colchón encima del colchón, pero es la cama más dura que he tenido en mi vida. Igual no puedo quejarme del sueno. Tengo un escritorio y un pequeño closet. No hay baño privado, se comparte con todo el piso del edificio y esta es, ejem, la mejor parte: en China no existe el water, son hoyos en el piso…

Un pequeño suplicio diario por todo un montón de cosas buenas, hasta ahora.