Monday, September 19, 2005

Gran Muralla Gran, asado, tinto y empanás

Las clases están ahí, la segunda semana mas difícil y ya voy para la tercera con la sensación de captar la mitad de lo que cachan mis compañeros japoneses y mongoles. Pero esa es la parte fome del cuento.

El sábado fui a la Gran Muralla, a la zona de Badaling, la mas turística y la “mejor conservada”, según los carteles, aunque por encima paseemos miles de personas al día y aunque en cada ladrillo estén las marcas de fulanito y menganita que se aman y zutanito que estuvo aquí en el 84, etc., etc., claro que en caracteres chinos, así para el turista común pasa piola. La U nos llevo en buses y nos pago la entrada, nos dejo libres y nos dio unas cuatro horas para recorrer antes de volver.

En la entrada principal había una especie de feria francesa con stands de productos típicos de Francia, como parte de las actividades del “Año de Francia en China”. Tenían el lugar acordonado y no dejaban pasar a casi nadie, lo que me parecía relativamente absurdo, puesto que me imagino que la idea era interesar al consumidor chino. Yo justo iba con mis compañeras francesas, Wendy y Mei Fen, quienes me llevaron y franqueamos la entrada como si fuéramos VIP, justo antes de que llegaran un montón de franchutes en trajes elegantes y autoridades chinas de quien sabe que órgano gubernamental o partidario, con las cámaras de TV detrás. Empezó una especie de show tipo carnaval mas o menos desabrido, mientras nosotros nos dimos un par de vueltas por los stands, en su mayoría de comida, degustando diversos quesos, pates, sopa de champiñones, vinos, champagne, crepes, y la infaltable baguette, todo traído de la France, no podía ser mas freak, comiendo exquisiteces francesas en medio de una montana en China. Por mi genial, no había desayunado. Los tipos y tipas detrás de cada lugar me miraban como con esa clásica cara de “yo te cacho, no eres francés y a lo único que vienes es a comerte mis productos”, pero como mis amigas platicaban y me acompañaban me llene la guata sin empacho. Luego del champagne y los vinos estaba listo para marearme escalando.

Arriba y a nuestro alrededor la masa de turistas derribaba la Muralla, vistas de lejos las personas parecían hormigas de colores desfilando por un camino interminable, horadando poco a poco la estructura, asomándose por huecos, subiendo y bajando, formando pequeños tacos, un verdadero hormiguero a escala humana. Los franchus habían decorado el recorrido con banderas que se agitaban fuertemente, había un viento helado de la puta madre y yo en shorts y polera, al principio cagado de frío, a punto de comprarme uno de esos polerones que dicen “yo escale la gran muralla”, terrible de feos pero que de alguna forma digamos explicable eran comprados por la hormiga de al lado. Igual el sol pegaba fuerte y ya después agarre color en los cachetes y el cuello, junto a un poco de ligereza mental producto del alcohol de media mañana.

Subí y baje y subí y baje para el otro lado, dejando atrás a los débiles pero no logre llegar a ninguna parte vacía. Si seguía recorriendo después no alcanzaba el bus. Como primera vez estuvo genial, ya la próxima tendrá que ser una expedición tipo camping hacia mas adentro, en alguna parte donde no haya tanto turista.

El dieciocho lo celebre en la Embajada al día siguiente, con un asado durante la tarde. Me trague dos empanadas para empezar y asumí el dolor de guata que vendría en la noche. Me perdí el pisco sour por llegar un poco tarde pero alguien me dijo que no estaba decente. El vino estuvo de lujo, la carne bien buena, las ensaladas de lo mejor, de postre pie de limón y torta de milhoja, helado y frutas, casi me hacen creer que estábamos en Santiago. La señora del Embajador muy “dije”, por supuesto (primera vez que escribo esa palabra en mi vida, se escribe asi?), el Embajador esta en Chile, creo, y los demás todos amenos “a la chilena” con nosotros los estudiantes. No había mucha gente (el jueves me colé en la Embajada de México para celebrar “El Grito” con mis cuates y estaba lleno, no faltaron los mariachis, las rancheras y la comida, aunque sin chile). Al final nos dieron un recorrido por las instalaciones y tenemos que volver uno de estos días a firmar los papeles de siempre, para que sepan donde estamos y que hacemos. La foto de la chilenita amurrada es cortesia de Cristobal Barrios (gracias).

All in all, un buen fin de semana. Felices fiestas a todos por allá!!! Pórtense mal y pásenlo bien!!!.








1 comment:

Anonymous said...

Cristóbal, hola, soy la Alexandra. Derek me dio este sitio, qué raro. Estoy en Suecia, tienes mail? El mío es: mi.utopia@gmail.com, el domingo me voy a París. Quería saludarte, estoy en un seven eleven, no tengo mucho tiempo, pero estas fotos están increíbles. Te felicito.