Durante el trayecto vimos pueblitos encerrados entre las laderas, con cultivos en terrazas y pastores llevando cabras; cascadas, bosques de bambú, zonas rocosas, derrumbes, un camino estrecho y caídas libres, un buen trekking en general, no apto para los que sufren de vértigo. En la época que fuimos no es tan peligroso porque no llueve y el camino está generalmente seco, además no hay tanta gente. Me quede dos noches para aprovechar de recorrer lo más posible y a partir de ahí me separé del grupo. En el camino hicimos otros amigos (otros extranjeros dando vueltas) así que continué con ellos. Marie y Sandor regresaron a Lijiang y se fueron al sur. Los demás ni siquiera fueron a este paseo, ya me había despedido de ellos.
Creo que las fotos describen mejor el lugar, aunque la única manera de apreciarlo verdaderamente es visitándolo, porque mis fotos como que no reflejan todo lo que yo veía.
Saludos
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